Hoy es el Día Mundial del Lupus, y yo/nosotros apoyamos a los 5 millones de personas que viven con lupus, una enfermedad que puede afectar cualquier órgano incluidos el corazón, los riñones, los pulmones, la piel y más. El lema de este año es #DemosVisibilidadAlLupus y, en este caso, hablaremos de la nutrición en los pacientes con lupus.
¿Qué es el lupus y a cuantas personas afecta?
El lupus es un trastorno autoinmunitario que implica inflamación en articulaciones, tendones, otros tejidos conectivos y piel. Esta patología afecta a más de 5 millones de personas en el mundo y a unas 75.000 en España.
El lupus se conoce como “el gran imitador” ya que su sintomatología imita a la de muchas otras enfermedades, lo cual dificulta su diagnóstico.
El lupus eritematoso sistémico (LES) es el más frecuente y puede manifestarse como lupus cutáneo aislado, enfermedad indiferenciada del tejido conectivo, enfermedad mixta del tejido conectivo o lupus inducido por fármacos. El LES se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos contra antígenos nucleares y depósitos de complejos inmunitarios en órganos como los riñones. Casi un tercio de los pacientes con lupus desarrolla nefritis lúpica.
¿Qué puede hacer la nutrición por los pacientes con LUPUS?
- Asegurar un adecuado aporte de calorías y proteínas en períodos de fiebre, al igual que asegurar una correcta reposición de líquidos y electrolitos
- Si existe nefritis lupidica, debe adaptarse la dieta a esta condición y realizar un seguimiento con parámetros de laboratorio con regularidad
- Controlar el consumo de sodio para un mejor control de la presión arterial y valorar si es necesario incrementar el aporte de potasio y calcio de la dieta
- Con frecuencia se presenta anemia, para contrarrestarla es necesario vigilar el aporte de vitamina B12, hierro y ácido fólico, enriquecer la dieta con alimentos ricos en estos nutrientes y evitar dosis altas de complementos nutricionales
- Si la glucosa en sangre está aumentada, mejorar la selección de carbohidratos de la dieta
- Prevenir la obesidad, la osteoporosis y dislipemias
Los alimentos de la dieta pueden modificar la clínica de la enfermedad, de ahí la importancia de llevar a cabo una dieta antiinflamatoria rica en fitoquímicos, ácidos grasos omega 3 y antioxidantes. Si existe intolerancia al gluten, debe excluirse.
Los corticoesteroides
No existe cura para el LES pero si tratamiento farmacológico para controlar los síntomas, entre los que se destaca el uso de CORTICOESTEROIDES
Las repercusiones nutricionales y metabólicas de los glucocorticoides dependen de la dosis, la duración, la naturaleza y la modalidad de administración de estos:
1.Tratamiento de corta duración: (menos de 1 semana) con dosis inferiores a 0.5 mg/kg de peso son empleadas habitualmente para infecciones menores o afecciones inflamatorias. No implica generalmente ninguna consecuencia notable, a excepción de un empeoramiento de una diabetes preexistente o aparición de hipopotasemia.
2.Tratamiento de larga duración: los efectos secundarios son inevitables una vez que la dosis es superior a 10 mg/día especialmente en personas de edad avanzada.
Por tanto, todo tratamiento a largo plazo con corticoesteroides debe ir acompañado de medidas higiénico-dietéticas para limitar los efectos adversos.
Los efectos metabólicos de los glucocorticoides son:
a. Efecto hiperglucemiante: se incrementa la síntesis hepática de glucosa y se reduce la utilización periférica de la misma (resistencia a la insulina). Los glucocorticoides pueden poner de manifiesto una diabetes mellitus latente o descompensar una existente.
b. Efectos en lípidos: los glucocorticoides modifican la distribución de la grasa corporal al favorecer un aspecto androide (acumulación de grasa en el abdomen). El aumento de peso que se observa en el tratamiento con corticoesteroides se debe a un incremento del apetito y a una mayor capacidad de almacenamiento de lípidos. Además, pueden elevarse los niveles de triglicéridos en sangre y acelerarse los procesos de ateroesclerosis (riesgo cardiovascular).
c. Efectos en las proteínas: los glucocorticoides inducen una proteólisis que se manifiesta por pérdida de masa muscular en miembros inferiores (rápida) y osteoporosis (lenta). La ralentización de la síntesis de proteínas explica los trastornos en el crecimiento (niños) y retraso en la cicatrización de heridas.
d. Efectos electrolíticos: son muy frecuentes. La hipopotasemia y la retención hidrosalina están relacionadas con los efectos mineralocorticoides de los glucocorticoides. Razón por la cual es muy frecuente la aparición de hipertensión arterial o desestabilización de una hipertensión ya tratada.
e. Efectos en niveles de vitamina D: conduce a una menor absorción de calcio y a osteopenia.
El tratamiento dietético integral permite reducir al mínimo los efectos indeseables y previsibles de los glucocorticoides. Evita que además de la enfermedad tratada aparezca otra a consecuencia del tratamiento.
Pautas generales:
La actividad física regular permite minimizar la proteólisis y por tanto la pérdida de masa muscular; y a su vez combatir la resistencia a la insulina
Para contrarrestar los efectos proaterogénicos de los glucocorticoides; ejerciendo una acción cardioprotectora utilizaremos la DIETA ANTIOXIDANTE Y ANTITROMBÓTICA.
El impacto de la dietoterapia debe suponer a nivel metabólico:
- Baja carga glucémica
- Elevada densidad nutricional
- Baja densidad energética
IMPORTANTE: en ningún caso estas generalidades acerca de la alimentación para pacientes con lupus o en tratamiento con corticoesteroides supone una prescripción individualizada, para ello debe estudiarse cada caso en particular.
muy buena explicacion soy paciente de LES, ayuda entender un poco el como podemos hacer por mejorar nuestra calidad de vida