Desde El Español
El sudor puede ser un problema no sólo en verano con las altas temperaturas, la propia actividad cotidiana de caminar o moverse, junto al calor propio del cuerpo generado por la consumición de energía, pueden hacer que sudes de más y manches las prendas o que incluso el desodorante te abandone. No culpes al termóstato de la oficina o a la genética, los culpables pueden ser los alimentos que consumes.
«El efecto termogénico de los alimentos implica que al degradarse generen calor, sucede con los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. El organismo siempre tratará de mantener estable la temperatura corporal, por tanto, el sudar es una forma de liberar ese exceso de calor», explica a EL ESPAÑOL María Carmen Japaz, dietista y nutricionista. Esto es normal y fisiológico, pero generalmente, el exceso de algunos componentes de los alimentos está implicado en la sudoración excesiva.